
Retratos
para
todos
Hablar del género del retrato en su totalidad, es una tarea ardua por la complejidad en el alcance que ha tenido desde sus inicios por el deseo de representación del propio individuo y por la fascinación del yo en la imagen que da lugar a la retratomanía. A la vez, de ser un género que ha perseguido sondear en la identidad humana por las diferentes disciplinas artísticas, reunidas en la historia del arte hasta la actualidad.
El retrato en sí, es aquella imagen que presenta a uno o más sujetos encarnados en un dibujo, pintura, escultura o fotografía, pretendiendo plasmar a través de la apariencia la condición del retratado.
Una apariencia que aspira a representar algo más que un figura física, al mismo tiempo que no deja de ser una forma de expresión en un soporte comunicativo por la implicación natura de un creador (pintor o fotógrafo) y un receptor fraccionado en modelo y espectador.
Quizás, una de las características más importantes del retrato, es el deseo por permanecer en el tiempo, fijado en un soporte que permita a otros, la contemplación e interacción comunicativa con la propia imagen. Un diálogo interno que el espectador establece con el retratado.
Retrato de estudio 1960-1966 por Virxilio Vieitez